9.1.08

GUION ORIGINAL - SECS. 30 A 39

30 + EXT. ATARDECER – CARRETERA SECUNDARIA PRÓXIMA A LOLITA’S CLUB.

Cuando regresa al coche, la excitación de Raúl parece obedecer a algo más que a su habitual tendencia a la violencia. Tiene arañazos en la cara y aplica en ellos su pañuelo. Por lo bajo va repitiendo: “zorra…, zorra…”

Le resulta imposible contenerse:

RAUL
¿Quieres saber una cosa, hermano? A esa me la voy a follar, para que te enteres de una vez. ¿Lo sabes, tío? ¿Sabes lo que quiere decir la palabra “puta”?

Valentín se limita a denegar insistentemente con un movimiento de cabeza.

VALENTÍN
Pero tu no. Por favor, tu no…

Lo señala con el dedo, remarca las palabras, entra – aun con moderación – en un estado de histeria:

VALENTÍN
¡Tu no, tu no, tu no! ¡Nunca, tu nunca...!

Raúl le mira inquieto por un instante. Para tranquilizarlo, le da un cachete cariñoso.

RAUL
Esta bien, calamidad. Hablaremos mañana. Déjame a mí. Calma…, calma… No pasa nada.





31 + INT. NOCHE - CHALET. DORMITORIO DE JOSE / OLGA - PASILLOS.

Sentada en el tocador, Olga se mira en el espejo mientras aplica crema desmaquilladora en su rostro, una máscara blanca donde destacan sus ojos intensamente negros. Viste una camiseta y bragas. Además de su cara, el espejo refleja la cama de matrimonio y parte del dormitorio, con la puerta abierta que da al pasillo, desde donde llegan voces no inteligibles. Fundamentalmente la voz de Raúl en un tono severamente admonitorio.

Se oye la descarga de una cisterna y a continuación entra José en la habitación. Viste un albornoz, cojea levemente y lleva en las manos un vaso de agua. Olga le ve reflejado en el espejo.

Sentado en la cama, José se echa una pastilla en la boca, bebe del vaso de agua y se recuesta con una almohada en la espalda y una revista de hípica en las manos.

Olga se ha puesto en pie y se acerca a la puerta con la evidente intención de oír mejor lo que se está diciendo en el cuarto contiguo. Ahora sí podemos entenderlo:

RAÚL (off)
¿Quieres que ponga tu canción?

VALENTÍN (off)
Bueno.

RAÚL (off)
¿Dónde está el disco?

VALENTÍN (off)
Está ahí. Dentro.

RAÚL (off)
¿Ahí dónde?

VALENTÍN (off)
En una lista. La que dice Luna de Miel. Tienes que hacerle clic y ya está.

Parece que finalmente Raúl ha entendido, pues empieza a sonar la voz de Gloria Lasso.

OLGA
Primero lo abronca y luego se queda a su lado hasta que se duerme.

JOSÉ (sin apartar los ojos de la revista)
Como cuando eran niños. Era su ángel de la guarda...

OLGA (irónica)
¿Ángel de la guarda...? Según tú, ya le pateaba la cabeza en el vientre de su madre.

JOSE
Yo no dije eso... Su madre lo comentó una vez estando borracha y Raúl se pasó el día entero llorando. Tenía ocho años... Llegó a creerse de veras que le había dañado el cerebro en el útero, dándole patadas.

Olga ha terminado de limpiarse la cara. Se levanta del tocador y se dirige a la cama. Se acuesta junto a José.

JOSÉ (sin apartar su atención de la revista)
Olga… En la caja faltan tres billetes de a cien.

No parece que la noticia afecte demasiado a Olga. Se limita a decir:

OLGA
Yo, cuando cojo dinero, te aviso.

JOSÉ
Lo sé.

OLGA
¿Quién crees que puede haber sido?

La vista de José sigue fija en la revista que tiene en las manos. Dice escuetamente:

JOSÉ
Valentín.

OLGA
¿Estás seguro?

JOSÉ
No es la primera vez.

José aparta por fin la revista, ladea la cabeza y mira la cabellera de su mujer derramada en la almohada. Su voz tiene un deje de tristeza:

JOSE
Que no se entere Raúl.

Olga entorna los ojos. Dice tras unos largos segundos:

OLGA
Lo vi paseando por la playa como alma en pena.

JOSÉ
Le preocupa su hermano, es evidente.

OLGA
Pues sea lo que sea lo que piensa hacer,
se lo esta pensando mucho.

Hunde la cabeza en la almohada, dispuesta a entregarse al sueño.





31 A + INT. DÍA – CHALET. HABITACIÓN DE VALENTÍN.

Sigue sonando la canción de Gloria Lasso.

La mano de Valentín, desfallecida a un lado de la cama, sigue sosteniendo la foto de Milena.

Raúl la coge y la reintegra a su sitio, sobre la mesilla de noche.

Valentín duerme el sueño de los justos, descubierto, con absoluta despreocupación por su desnudez.

Inmóvil frente a esa sexualidad que sabe inoperante e inofensiva, el
policía se interroga desde sus propios hábitos de furia sexual y desamor, de soledad y violencia:

RAÚL (off)
¿Por qué este cuerpo tan semejante al mío, pero roto por dentro, desechado para el ejercicio del amor y desposeído de pulsión sexual, sin posibilidad de encenderse, puede albergar todavía y con tan desmedido empeño un simulacro del deseo, una burda parodia de pasión amorosa con una puta degenerada y seguramente drogadicta?

(Esta voz en off es puramente indicativa de la reflexión que debe hacer el personaje, pero no se materializará en la película. En todo caso, se rodarán los planos necesarios, con los encuadres convenientes, para permitir que una reflexión semejante pase a tener sentido abstracto y cinematográfico.)






31 B + INT. DÍA – LOLITA’S CLUB. HABITACIÓN RESIDENCIAL.

Milena le está lavando la cabeza a Valentín, quien, en estos momentos, la tiene cubierta de espuma.

Las uñas verde esmeralda de ella aparecen y reaparecen entre la espuma.

VALENTÍN
Rasca fuerte…, me gusta.

MILENA
Calla… Y cierra los ojitos.

El vientre de ella roza la espalda de Valentín cuando le frota la cabeza.

La cabeza de Valentín bajo el chorro de agua para despejar todo vestigio de espuma.

Milena peina los cabellos de Valentín, le aplica fijador y los orienta de forma que queden con esa moderna forma que da como descuido en el peinado, con los pelos de punta.

Contempla a Valentín en el espejo y parece satisfecha del resultado obtenido. Pone su boca muy cerca del oído de Valentín para decirle:

MILENA
Como te pareces a tu hermano…, pero él tiene una cosa mala en la mirada.

VALENTÍN
Raúl es bueno… Me quiere… Es mi hermano…

MILENA
Te quiere…, es bueno…, es tu hermano…, pero no quiere que vengas a verme…

Valentín abate la cabeza. Parece compungido, como a punto de llorar.

Milena lo besa insistentemente.

MILENA
¿Qué te pasa, mi amorcito? ¿He dicho algo malo?

VALENTÍN
No… Sólo una cosa…

MILENA
¿Qué cosa, corazoncito? Dime qué cosa…

Valentín busca los ojos de Milena en el espejo y añade:

VALENTÍN
Tú no tienes que quererlo a él.

Milena se incorpora y con una mano se señala a si misma:

MILENA
¿Yo? ¿Yo? ¿Yo querer a ése bruto…, con lo enamorada que estoy de mi Valen…?

Insiste en besarlo.
Súbitamente Valentín parece complacido con la imagen de sí mismo en el espejo. Sonríe. Mira directamente a Milena. Adelanta los labios como quien solicita un beso y farfulla:

VALENTÍN
Uno de dientes…

Milena parece comprenderlo. Lo besa en la boca, pero aun con los labios de uno sobre los del otro, Valentín prosigue confusamente:

VALENTÍN
Con el ruido…

Una y otra vez oímos el golpear de los dientes contra dientes. Milena no puede contener la risa.
MILENA
Tonto…, mi tontito…




31 C + EXT. PLAYA

Suprimida.





32 + INT. DÍA – LOLITA’S CLUB. COCINA Y COMEDOR.

Una cocinera atiende a un puchero enorme.
Entra Milena, coge un plato y se acerca a la cocinera, quien vierte un par de cazos en el plato de Milena.

Milena se dirige al comedor. Varias chicas comiendo.
Milena se sienta en una de las mesas y empieza a comer.
Entra Simón en el comedor y se sienta frente a Milena.

Milena ha pedido un cigarrillo a una de las chicas y ahora se inclina hacia Simón en demanda de fuego, mediante gestos, sin pronunciar una palabra.

Simón extrae un mechero de su bolsillo y prende el cigarrillo de Milena. De paso enciende también la colilla que pende de sus labios.

SIMÓN
Son las ocho.

MILENA
Menos cuarto.

SIMÓN
Te la estás buscando Milena… Esas habitaciones no son tuyas… Son de la empresa, para sacarles provecho, no para que tú gandulees todo el día en la cama…

Por el fondo acaba de entrar Valentín, llevando en las manos unas bolsas de plástico. Las entrega a la cocinera, habla con ella sin que lleguemos a oír sus palabras.

Milena expele el humo. No mira a Simón. Emplea un tono despectivo:

MILENA
Echo diez polvos al día… ¿Te parecen poco?

SIMÓN
Estás vieja, Milena…

MILENA
Tengo 25 años.

SIMÓN
Mira a tu alrededor…

MILENA
A mí alrededor sólo veo jovencitas que ni saben donde tienen la chocha… Los hombres prefieren la experiencia de una puta “vieja” como yo.

SIMÓN
Acabarás en el “trastero”.

MILENA
Seré la reina del “trastero”.

Ha entrado en el comedor Nancy, portando su plato con comida. Antes de sentarse se dirige a Milena:

NANCY
Tienes en la barra al vinatero… Te está esperando.

Milena aparta el plato del que apenas ha tomado nada y se pone en pie.

MILENA
Me voy. Hay uno que quiere follar conmigo.

Una fugaz mirada de Simón mientras Milena desaparece.





33 + INT. DÍA – LOLITA’S CLUB. PASILLO.

El pasillo sin nadie. Las puertas cerradas.

Tal es la apariencia, pero en realidad, tras las cortinas del fondo, agazapado tras ellas, sentado sobre sus propios talones, a lo moro, está Valentín. No mueve un solo músculo, atento no obstante a cualquier ruido.

Hasta que se abre una de las puertas y aparece el individuo que ya conocemos, el vinatero, con la chaqueta en la mano. A medida que se aleja por el pasillo, va recomponiendo su vestimenta.

Valentín espera a que el individuo desaparezca por el fondo del pasillo, donde presumiblemente está la escalera de caracol que desciende hasta el bar.

Sólo entonces entra en movimiento. Se pone en pie, avanza hasta la puerta por donde ha salido el hombre, cautelosamente la abre y se mete dentro.





34 + INT. DÍA – LOLITA’S CLUB. HABITACIÓN SUITE.

Valentín entra en la habitación.

Sobre la cama, todavía desnuda y de espaldas a la puerta, está Milena. Acaba de esnifar una raya de esos polvos blancos.

Sin duda, es consciente de la presencia de Valentín , aunque, dada su posición, no lo vea.

Valentín se coloca en un rincón, como si se protegiese con esos pocos muebles que decoran una habitación habilitada para el sexo. Se acuclilla adoptando la misma posición que tuviera hace poco tras la cortina del pasillo.

Transcurren unos segundos y finalmente, Milena, sin cambiar de posición en la cama, extiende un brazo hacia atrás, como ofreciéndolo a Valentín.

Valentín entonces avanza a cuatro patas, como pudiera hacerlo un animal. Besa con insistencia la mano de Milena y finalmente se inclina sobre ella y le lame los pezones.

Milena cierra los ojos y sonríe. Le deja hacer. Tan sólo dice:

MILENA
No comiences con tus truquitos…

Pero se inclina sobre el y Ie abraza la cabeza con un gesto de protección, meciéndola, enredando en sus cabellos las uñas verdes y dejando caer cierta tristeza en la voz.

MILENA
No me hagas eso, ojitos, no me hagas eso...

Valentín se desliza suavemente sobre su cuerpo, la mira a los ojos desde muy cerca, y, deprisa, impelido más por una idea que por el deseo, mediante jadeos de placer y movimientos simulados bastante torpemente, finge hacer el amor igual que lo haría, imagina, su propio hermano o un cliente afable y respetuoso. El simulacro es algo más que una parodia o una broma, es un juego, pero también un secreto anhelo. Se ayuda con besitos, palabras mimosas y susurros, que no se libran del tartajeo habitual, y enseguida se esfuerza en simular el orgasmo poniendo súbitamente cara de pasmo feliz, buscando en los ojos de ella su aprobación. Y en este punto, Milena Ie sonríe, y, con cierto retraso, le responde con leves suspiros de placer.

Valentín abate la cabeza sobre el pecho desnudo de Milena y ronronea:

VALENTÍN
¿Te ha gustado...?

Milena asiente emitiendo ruidos nasales.

VALENTÍN
Siempre serás mi chica. iSiempre! Promete.

Milena entorna los párpados. Dice:

MILENA
Te lo prometo.

VALENTÍN
Y no te rías.

Milena sigue con los ojos cerrados:

MILENA
No me río, mi bizcochito. Me estoy durmiendo...

Ahora Valentín la besa con delicadeza, recorriendo su cara y deteniéndose expresamente en los ojos cerrados de Milena, en los lóbulos de sus orejas, en sus labios.

Sin abrir los ojos, como quien está cayendo en el profundo seno del sueño, ella pronuncia:

MILENA
¿Qué quiere de mí tu hermano? ¿Qué quiere?





35 + INT. DIA – HABITACION HOSTAL EN LA PLAYA.

Suprimida.




36 + EXT. DÍA - CARRETERA PUTICLUB.
Suprimida.





37 + EXT. DÍA – TERRAZA EN UN HOTEL DE PLAYA

Llega el coche de Raúl que ya conocemos.

Raúl desciende y se dirige rectamente a una mesa donde espera María, que se pone en pie al verlo venir. Por su actitud, es evidente, que espera alguna demostración de afecto por parte de Raúl, pero queda frustrada. Se sienta delante de ella y, para empezar, tan sólo dice levantando una mano para que acuda el camarero:

RAÚL
Ginebra. Sola.

Luego, directamente a María, cruzando los brazos encima de la mesa:

RAÚL
Tú dirás.

Tras ella, encima de un portal pequeño, un sencillo letrero que pone Hostal.

MARIA
No es lo que tú piensas.

RAÚL
¿Cuándo has llegado?

MARÍA
Ayer.

RAÚL
¿Para qué?

Miradas y, también, huidas de las miradas. Finalmente:

MARÍA
Sabíamos que Nelson Mazuera estaba por aquí, pero no dábamos con él...

RAÚL
¿Y qué más?

María se levanta y cruza la terraza hasta la balaustrada que da a la playa. Con un gesto indica a Raúl que debe acercarse y éste lo hace así.
POV. En la playa hay un cuerpo cubierto con una lona. Unos policías pululan a su alrededor.

MARÍA
Ya lo hemos encontrado.

Al tiempo que regresa a la mesa:

MARIA
Sospechamos que quería contactar contigo… Tú sabrás.

Raúl apoya espalda en la balaustrada. Se limita a denegar con la cabeza. Va a sentarse de nuevo frente a María.

MARÍA
El chico de los Tristán no se ha recuperado.

RAUL
Bah, se pondrá bien. Esos hijos de puta tienen siete vidas.

MARÍA
Los Tristán no te olvidan. Nos consta. Y tú te adentras cada vez más en la boca del lobo.

María cruza las piernas, y, de pronto, Milena también lo hace,
allá en su silla al borde de la pista, sonriendo a los clientes en la barra con los ojos entrecerrados por el humo del cigarrillo.

Raúl se sienta de nuevo frente a MARÍA.

RAÚL
No te entiendo.

MARÍA
¿Quieres que te lo diga con pelos y señales? Todos los puticlubs de este país tienen que ver con los Tristán…

Hace una pausa para enfatizar lo que dice a continuación.

MARÍA
… y con Mazuera en el papel de testaferro.
Tú andas huroneando en un antro que se llama Lolitas. Nada menos.

No hay nada qué hacer. Raúl sigue ironizando:

RAUL (la interrumpe)
Oye, ¿dónde te alojas? Si has pensado en mí, habrás incluido una botella de orujo en tu equipaje.

Ahora Raúl, con una mano, hace que levante la cara para mirarla a los ojos:

RAUL
Te veo muy bien, agente Lomas. La vida te sonríe.

María hace breves pero insistentes gestos negativos con la cabeza. Pone una mano cariñosa sobre la mano de él.

MARÍA
Ten mucho cuidado. ¿Me oyes...? Ya sabes como golpea esa gentuza.
463 * 150”
38 + INT. DÍA – HABITACIÓN EN UN HOTEL DE PLAYA.

De pie junto a la cama, de bruces sobre la mesilla de noche y de espaldas a Raúl, María aguanta la embestida de éste, que ni siquiera ha terminado de bajarse los pantalones.

Debatiéndose entre el placer y el dolor, con la falda subida, sin desnudarse del todo como si hubiera sido sorprendida por el apremio de Raúl y su brutalidad, María gime y protesta e intenta darse la vuelta, pero él la sujeta firmemente contra la mesilla de noche y la sigue poseyendo hasta vencer su resistencia. Lo hace con premeditada violencia con una urgencia sexual que hace pensar en una secreta revancha.

Cuando termina, Raúl hunde la cara en los cabellos de María, que se vuelve hacia él con lágrimas en los ojos.

MARÍA
¿Tú me quieres?

Voz enronquecida de Raúl, todavía bajo los efectos del esfuerzo erótico:
RAÚL
Un policía no quiere a nadie. Ni quiere, ni lo quieren.






39 + EXT. DÍA - PICADERO.

El Renault llega al picadero y aparca junto a la valla.

José esta lavando un caballo con la manguera.

Raúl se apea, camina apenas unos pocos pasos y se acoda en la valla, de cara a su padre.

Breves miradas entre ellos.

JOSÉ
Algo te pasa… ¿Qué?

Raúl sigue en actitud reflexiva, cabizbajo. Levanta la cabeza. Mira a su padre:

RAÚL
Padre…, ¿quieres que me vaya?

José disimula su propio desconcierto:

JOSÉ
¿Qué?

RAÚL
No lo puedo remediar… Tengo la sensación de que molesto.

Hacen todo lo posible por no mirarse entre ellos.

JOSÉ
Raúl, por favor…

Prosigue con su quehacer.

JOSÉ
Siempre haciéndote daño a ti mismo.

Raúl parece reflexionar por unos instantes. De nuevo baja la cabeza. Dice, casi en un sollozo:

Raúl
Me gusta estar con vosotros… Quiero a Valentín.

JOSÉ
A Valentín le queremos todos…

Olga trasiega por el fondo acarreando unos cubos de agua. En algún momento se detiene, deja los cubos en el suelo, y observa, no sin reservas, a esos dos hombres que conversan al otro lado de la pista.

Justo en este momento, cabizbajo, Raúl se dirige a su coche.

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